El nuevo Estatuto y un diálogo interrumpido

Directivos, docentes y estudiantes discuten desde principio de año los puntos que se debatirán en la Asamblea Universitaria que aún no tiene fecha y que prevé modificar el actual Estatuto, que fuera aprobado en 1996.
Con la idea de enriquecer el diálogo y las propuestas que se llevarán a la Asamblea, se abrieron cuatro
comisiones, que desde febrero discuten diversos temas. Entre ellas se destaca la comisión número "3", que está encargada de analizar la composición de los órganos de gobierno (desde rectorado hasta los consejos académicos y superior) y el régimen financiero de la Universidad, entre otras cuestiones.
En ese espacio se generaron intensos debates, donde los integrantes de la FULP plantearon "la necesidad de instrumentar" una paridad de claustros (50 por ciento para docentes y 50 para estudiantes), pero al no encontrar eco -según detalla la dirigencia estudiantil- se alejaron de la comisión.
Puntualmente, los jóvenes cuestionan que "la Universidad está dispuesta a negociar hasta que surge alguna controversia, y cuando esto sucede cierran definitivamente el diálogo". Así, sostienen, "sucedió cada vez que pedimos mayor representación de los estudiantes en los consejos académicos o cada vez que reclamamos la declaración de la emergencia económica".
En tanto, la posición del rectorado está alejada de esos reclamos, ya que no creen que sea necesario realizar una declaración de auxilio monetario, porque "las cuentas cierran, al punto que el último presupuesto tuvo un incremento del 40 por ciento (en 2007 la partida fue del orden de los 309 millones de pesos y este año ronda los 431 millones)".
El contraste económico se suma al político, debido a que las autoridades tampoco coinciden con la implementación de una paridad de claustros, y temen que ese equilibrio porcentual se torne en un "obstáculo para la gobernabilidad ante -lo que consideran- la 'libanización' de los grupos estudiantiles".
Estas posiciones notablemente enfrentadas, desde lo metodológico y lo ideológico, alejan cada vez más a los principales actores: autoridades, alumnos y docentes. Hoy tendría que discutirse, entre otras cuestiones, si la representación de profesores y estudiantes en los consejos académicos sigue como en la actualidad (6 lugares para docentes y 4 para alumnos) o pasa a ser, como reclama la FULP, de 6 representantes para cada parte. Un debate que persiste, aunque resta saber si la comisión "3" podrá avanzar en la discusión sin una de las partes especialmente interesadas.


DERECHO CON UNO OJO AFUERA

En otro orden, algunos actores de Derecho mantuvieron en la última semana un ojo afuera de la facultad. Concretamente, seguían con atención la elección del Colegio de Abogados, en la que atribuyen al decanato de la Facultad alguna simpatía por el candidato opositor Juan Losinno.
La puja entre los abogados no tuvo casi identificaciones partidarias, salvo la expresa participación de la UAJ (Unión de Abogados Justicialistas) dentro del oficialismo que lidera el Movimiento Innovador. Pero en los pasillos universitarios se comentaba que el radicalismo de Derecho -aunque no todo- jugó algunas fichas por la oposición, que también contaba con simpatías entre los abogados de Fiscalía, de la que forma parte el decano de Derecho, Hernán Gómez.
Las fricciones electorales, aún en otros ámbitos, siempre despiertan pasiones universitarias

(El Día 18/5/08)

Después de 91 los no docentes tenemos voz y voto
 
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