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Tal como lo anunciaban los discursos de los últimos meses, el debate por la reforma del Estatuto tendrá su capítulo de mayor tironeo a la hora de resolver si cambia el tablero de los claustros y su representación en los órganos de gobierno universitario.
El esperado debate sobre la redacción del nuevo Estatuto finalmente se va calentando en las cuatro comisiones que se reparten las áreas temáticas y, según indican algunos observadores del proceso, la cordialidad dominante sólo se diluye hasta ahora cuando se entra a discutir el reclamo de mayor espacio que levantan las agrupaciones estudiantiles de izquierda, de acceso con voz y voto de los no docentes e ingreso de los auxiliares docentes al claustro de profesores.
La expectativa de los estudiantes chocaría con lo que se va perfilando como una posición fuerte, que atraviesa distintos perfiles ideológicos, en el claustro de profesores: no resignar el control de la mitad de las bancas en el consejo académico de cada facultad. Eso acotaría el margen de maniobra de otros claustros que quieren crecer, como el de los alumnos o los auxiliares docentes, hoy representados en el de graduados (se reparten el espacio con los profesionales sin vínculo con la UNLP).
Por ahora la asamblea universitaria no tiene fecha y la disputa sigue siendo de baja intensidad, pero se calcula en la Universidad que la semana próxima llegará una decena de dictámenes con distintas fórmulas de composición. Habrá que ver si se formaliza la idea de algunos grupos de izquierda que habitan la Federación Universitaria (Fulp) de poner a los alumnos en condiciones de igualdad con los profesores y graduados. También se espera que los no docentes hagan llegar su planteo de incorporación plena al gobierno, lo cual no convence a algunos profesores. Se empezó a manejar como alternativa la inclusión con voto en el consejo superior.
LA ELECCION DEL RECTOR
Un decano con activa participación en esa área del proceso recomendó además poner atención a la discusión del sistema de elección del rector. El gremio de docentes, Adulp, postuló en su momento el sistema de voto directo con ponderación del claustro que se emplea en Río Cuarto y se calcula que podría insistir. Los defensores de esa herramienta entienden que ayudaría a transparentar el proceso, pero enfrente se analiza que el tamaño del padrón y el nivel de atracción que tiene la UNLP para la política partidaria podrían condicionar seriamente cualquier votación.
El sistema no convence en el oficialismo, que parece más interesado en otros asuntos de la representación como por ejemplo la extensión del mandato a 4 años (ya se discute subir la exigencia de los dos tercios de los votos que requiere la reelección) y la creación de una segunda vicepresidencia.
Igualmente, el decano en cuestión opinó que no hay alineamientos automáticos ni gestiones fuertes del rectorado para generarlos en asuntos puntuales: "el interés lo tiene puesto en que haya consensos razonables para poder tener una asamblea normal y no repetir el escenario del año pasado en la elección del presidente". Efectivamente el equipo del rector considera que el cierre del proceso es clave hasta para las aspiraciones de continuidad que tiene la gestión, por ahora encarnadas en apuestas todavía bien guardadas de algunos funcionarios bien cercanos al presidente.
El Día (27/4/08)
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