Luego de un muy breve descanso, que para algunos habrá sido mejor que para otros, ya sea porque fue más tiempo o porque tuvieron la suerte de irse de la ciudad, volvemos al yugo y en un contexto de crisis internacional, nacional y local que asusta un poco.
El 2008 terminó con muy malas señales para los trabajadores, con despidos en muchas fábricas, con inestabilidad para quienes trabajan en negro, como la mayoría de los jóvenes y las mujeres, y también para los jubilados.
A los que trabajamos en blanco en el Estado el panorama se nos presenta más tranquilo desde el punto de vista de que no perderemos la fuente de trabajo, pero tendremos que afrontar  amagues de aumentos salariales que no llegan. Moyano se está haciendo el duro en la apertura de las negociaciones paritarias, pero sabemos que es pura espuma y que lo que se acuerde de aumento será muy por debajo de los aumentos, tarifazos e impuestazos (monotributo) que ya estamos sufriendo y de los que seguramente vendrán acompañados con la devaluación del peso en relación al dólar, que todos los días sube un poquito con el consecuente deterioro de nuestro poder adquisitivo.
El aumento del boleto de micros con que nos recibió este 2009 fue durísimo y es una muestra de lo que vendrá, y de que no podemos esperar a que el agua nos tape para comenzar a nadar. Ya tenemos que estar solicitando a nuestro gremio que realice una asamblea para discutir en qué situación estamos, qué pasa con los compañeros precarios que aún no han pasado a planta; en qué situación están los más de 400 reclamos por reencasillamiento puesto que sabemos que el tema se cerró en acuerdo entre la Fatun y el Cin; qué pasa con los compañeros que esperan jubilarse; etc.  y también para discutir cuánto vamos a pedir de paritarias locales puesto que el presupuesto 2009 es bien abultado, y la Universidad está destinando miles de pesos a obras que son sin dudas necesarias, pero los trabajadores que hacemos funcionar todos esos edificios no estamos considerados ni en cuanto a nuestros sueldos y condiciones de trabajo (precarios, becados, sin elementos de seguridad, etc) ni en cuanto a la necesidad de incrementar el número de trabajadores para todas las tareas que tenemos que realizar.
Nos espera un año muy duro, ya que parece "normal" que toda crisis que surja de este sistema capitalista la paguemos el conjunto de los trabajadores.  Ya lo vivimos en el 2001 con  recortes salariales y retrasos en el pago, entre otras cosas. Luego de esa experiencia sabemos que no podemos dormirnos y que tenemos que tener bien en claro que la crisis la tienen que pagar quienes se enriquecieron en todos estos años y a quienes el estado tantas ventajas impositivas les dio. Los trabajadores de la Universidad tenemos que estar alertas y preparados para no permitir el deterioro de nuestro salario y el de nuestros jubilados y que quede en la calle ningún trabajador precario.

El Frente (8/2/09)