Nuevo IPC trucho


La semana pasada las autoridades del INDEC y el jefe de Gabinete Alberto Fernández presentaron un nuevo índice de precios en el Hotel Sheraton de Pilar, bien lejos de los trabajadores y técnicos del Instituto y sin demasiada publicidad ante los medios de comunicación. Más allá de las generalidades enunciadas, Ana Edwin, Beatriz Paglieri y todos los funcionarios que componen la intervención del Instituto, desde febrero de 2007 vienen llevando adelante la manipulación de los precios de los productos, mintiendo abiertamente al pueblo trabajador. Ningún tipo de confianza merecen estos alcahuetes del matrimonio presidencial, que encima mantienen junto a UPCN una patota para amedrentar a los trabajadores, en tanto desplazan al ostracismo a todo aquel que se atreve a cuestionar la infinidad de truchadas efectuadas, como bien registra la sensibilidad popular del hombre de a pie. Mientras los Kirchner repitieron una y otra vez que el lockout agrario había producido desabastecimiento e inflación, el último IPC apenas registró un 0,8% de inflación, una burla para el pueblo trabajador.
Hay más. Edwin afirmó que 120 técnicos estarían trabajando en el nuevo índice para darlo a conocer el 10 de junio. Una falsedad que no resiste ninguna prueba, pues después de los despidos y los desplazamientos no quedó ningún técnico con relativa experiencia para realizar cálculos complejos.
En el mismo sentido, Edwin anunció que el INDEC no calcularía más el IPC nacional, el indicador que mide la variación de los precios en el orden nacional. “Casualmente” esta determinación se corresponde con los números de inflación registrados en otras provincias como Santa Fe y San Luis, que arrojaron tres veces la inflación observada en Gran Buenos Aires por el IPC. Evidentemente, Edwin y la intervención pretenden ocultar la inflación con malabares.
Un manto técnico para el dibujo actual
A menos de un mes de su publicación, ni siquiera los trabajadores del INDEC conocemos los lineamientos de la supuesta nueva metodología del futuro IPC. Sin embargo, sí podemos comentar algunas cuestiones relativas a la información que trascendió.
Alberto Fernández, Edwin y Paglieri sostuvieron la necesidad de cambiar la canasta de 818 productos reduciéndola a 440 y la implementación de la sustitución de productos.
Nos preguntamos bajo qué criterio los interventores que manipulan los datos pueden seleccionar los productos adecuados para el consumo de las grandes masas. Por otro lado, la actualización de la canasta mediante la sustitución de productos tranquilamente podría servir para excluir de la medición los productos cuyos precios aumenten más de lo deseado, incluso de mercaderías de primera necesidad como la leche y la carne que son insustituibles para el consumo. Hasta el momento una de las formas para llevar adelante la manipulación consiste en sustituir los precios relevados por los encuestadores por los precios de referencia dictados por Guillermo Moreno. Ahora la manipulación grosera de los datos se blanquearía mediante este “método” trucho.
Otra de las “innovaciones” del nuevo método sería “el intercambio directo de información entre organismos e informantes”, recurriendo a datos suministrados por fuentes ajenas al . Por ejemplo, en enero de 2007 reemplazaron los precios relevados por los encuestadores sobre los paquetes turísticos por los números que figuran en las bases de datos de la Secretaría de Turismo. De esta forma intentarían legitimar la práctica implementada desde el principio de la intervención, cuando las planillas del encuestador mostraban el fracaso del control de precios de Moreno.
En una reciente entrevista periodística, Edwin sostiene con entera desfachatez que el índice de precios no debe usarse para ajustar los salarios, pues estos deben regirse por variables como la productividad. Si en febrero de 2007, el gobierno intervino el INDEC para ocultar que la inflación comenzaba a ganar la carrera contra la recuperación del salario (actualmente el salario real promedio está por debajo del umbral registrado durante 2001), ahora Edwin –como portavoz del gobierno- asume el discurso de los empresarios de la UIA, quienes sostienen que los aumentos salariales no deben depender de la evolución de los precios sino de la productividad de cada sector. Los trabajadores del INDEC pensamos lo contrario, por eso tras la paritaria trucha del gobierno y UPCN que concedió un aumento miserable del 19,5% en 2 cuotas, nos reunimos en asamblea y votamos exigir un adicional de $500 para todos (permanentes, contratados y pasantes) por lo que nos arrebató la inflación. Mientras luchamos por un salario equivalente al costo de la canasta familiar ajustado por la inflación, los trabajadores del INDEC seguimos peleando para que se vaya la intervención. 

Ana Laura Lastra (Trabajadora del INDEC)

 
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