El viernes 25 por la noche, chicos en situación de calle, que pasan gran parte del día en Plaza San Martín de la ciudad de La Plata y que estaban acompañados por miembros de una ONG que trabaja con ellos, fueron agredidos por un “grupo comando”, luego de que, como ellos mismos declararan “la Policía uniformada se retirara del lugar sugestivamente, dando la idea de zona liberada después de haber estado custodiándonos toda la jornada”.
Este grupo de unas 25 personas, que se movilizaban en varios autos, aparecieron a modo de emboscada a las órdenes de una persona que se comunicaba con handy, identificándose algunos de ellos como policías, sin exhibir placas ni uniformes, atacando a los pibes con cadenas, fierros y golpes de puño, diciéndoles “así van a aprender”, “hay que tirarlos a todos en un pozo” y amenazándolos empuñando armas blancas y mostrando armas de fuego. Ante esto, un grupo de bicipolicías se ubicaron sobre la zona de 7 y 51, y evitaban que los pibes huyan y los obligaban a volver al interior de la plaza, donde se encontraba este grupo.
Este ataque fascista es la “crónica de una muerte anunciada”. Hasta el año pasado y por décadas con la vigencia de la “Ley de Patronato” los pibes de los sectores populares habían sido tratados como objetos, su destino era casi siempre el encierro en una institución y su vida dependía de la voluntad de un Tribunal de Menores. Con la nueva Ley de “Promoción y Protección de Derechos de niños y adolescentes” nada cambió.
Más allá del carácter “progresista” que tenga la letra escrita de la Ley 13.298, la realidad es que su implementación es casi nula ya que en el gobierno de Scioli se han recortado o directamente desaparecieron los pocos recursos y servicios de atención que existían.
Esto no significa que el Estado no está actuando en relación a los pibes. Cuando el Estado no implementa políticas sociales para paliar su situación de extrema vulnerabilidad social, actúa con su brazo armado, en este caso una banda parapolicial, como los conocidos Escuadrones de la Muerte de Brasil, para exterminar a aquellos que, como en el siglo XIX, la clase dominante considera las “clases peligrosas” de este sistema.
Trabajadores estatales, docentes y estudiantes de Trabajo Social venimos denunciando y repudiando la actuación de estos grupos parapoliciales que se mueven organizados y en clara combinación con la Policía Bonaerense al mando del gobernador Scioli y su ministro de Seguridad Stornelli.
Silvina Pantanali, docente de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP y Trabajadora del Servicio Zonal de Promoción y Protección de Derechos del Niño, La Plata.
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