La Universidad transita las últimas semanas antes de la realización de la Asamblea que discutirá la reforma del Estatuto. Pese a la intensidad que presupone la preparación de una jornada que prevé un importante debate, crecieron en los últimos días los rumores acerca de un endurecimiento por parte de la FULP.
Actualmente la Federación que representa a los estudiantes es conducida por dos fuerzas de izquierda: la COPA y la CEPA. Ambas facciones conviven en la conducción estudiantil, aunque en los últimos tiempos surgieron diferencias macropolíticas, más precisamente en el terreno de la política nacional, que amenazan con trasladarse al orden estrictamente universitario.
Estas organizaciones representan una gran parte de las agrupaciones de izquierda, donde la CEPA está emparentada con el Partido Comunista Revolucionario (PCR) -de extracción maoísta- y la COPA con los espacios independientes. Sin embargo, pese a algunas coincidencias, hoy el "terreno nacional" las separa. Así quedó evidenciado luego del conflicto agrario que se extendió por más de 100 días, en el que el PCR decidió respaldar la protesta de los ruralistas mientras que los independientes cuestionaron tanto a los agropecuarios como al Gobierno nacional.
Este escenario, que no estaba en el horizonte de la Asamblea que sesionaría a fin de septiembre, no se preveía que pudiera influir a nivel micro -en la UNLP-, aunque ahora la tensión llegaría hasta el día en el que se discuta la modificación de la carta magna universitaria, y antes también.
¿Cómo puede comenzar antes la tensión entre los propios estudiantes? Entre el 12 y el 14 de septiembre la FULP realizará un congreso en el que elegirá autoridades. Durante ese proceso, las agrupaciones de izquierda -que son las que se mantienen con mayor dureza ante la reforma- se debatirán la conducción de la Federación, y pese a que algunos advierten que el gremio podría continuar funcionando bajo el sistema de doble comando COPA-CEPA, otros no descartan una ruptura que caliente los ánimos de la dirigencia estudiantil de cara a la Asamblea.
Mientras desde el rectorado las autoridades sostienen que irán a debatir la modificación de la carta magna con "tranquilidad" y "vocación institucional", los estudiantes comenzaron a advertir que "esta no es la reforma que esperábamos y tampoco vemos un gran compromiso por parte de los profesores".
Lo saliente de estas declaraciones es que, meses atrás, los integrantes de la FULP decían que la discusión de la constitución universitaria no era "revolucionaria y horizontal", como ellos esperaban, aunque reconocían que era un "avance". Sin embargo, durante el trabajo de las comisiones redactores, que esta semana terminarán de unificar las mociones que evaluará el cuerpo asambleario, la dirigencia juvenil endureció su discurso y advirtió: "no nos interesa participar porque vemos que los profesores ya no nos van a acompañar".
El cuestionamiento de un sector del estudiantado radica en la intención que tiene la FULP de ampliar su representación en los consejos académicos, donde la mayoría la ostenta el claustro docente con 6 consejeros contra 4 alumnos y 2 graduados. Los jóvenes esperaban llegar a un acuerdo con los profesores para que la representación sea la misma en ambos claustros, pero la firme reticencia de ese sector a perder su incidencia en el cogobierno universitario desanimó al sector estudiantil.
(El Día - Séptimo Día 7.9.08) |
