En 15 (12) días la Universidad debatirá la reforma del Estatuto, y por eso las autoridades buscan el consenso necesario para que la asamblea se realice con normalidad, ya que no son pocos los rumores que advierten acerca de una presunta interrupción del debate. Docentes, graduados, estudiantes y no docentes pugnan por el equilibrio. Una muestra de inquietud fue el congreso de la Federación estudiantil realizado el domingo pasado, en el que se consolidó la unidad de la izquierda autonomista y trotskista. El desarrollo de ese acto eleccionario provocó la preocupación del resto de los claustros, ya que el triunfo de ese frente dejó afuera a la agrupación de izquierda que mejor diálogo tenía con el rectorado: la CEPA (maoísta). Es preciso destacar que de los 204 miembros habilitados para participar de la asamblea que deberá reformar el Estatuto, 68 son estudiantes (el 33 por ciento). Y la mayoría de los asambleístas de ese claustro pertenece al sector más combativo del estudiantado. En la conducción de la FULP, las aguas están divididas: mientras unos piensan que es preciso dar el debate, los militantes más radicalizados advierten que será "una pérdida de tiempo" y evalúan "romper". Justamente este último verbo es el que inquieta a las autoridades y a algunos estudiantes, ya que "ante la más mínima interrupción no volveremos a intentar cambiar las constitución universitaria", disparan desde el rectorado. Este escenario acerca a intransigentes y a conservadores, quienes con distintos intereses aguardan un accionar que diluya todo tipo de cambio y mantenga en un statu quo la estructura de la casa de altos estudios. Una voz de centroizquierda, vinculada a las "organizaciones bolivarianas" -que en el congreso de la FULP presentaron una lista y terminaron en tercer lugar- advirtió que "si no vamos a debatir, si no discutimos, si no aprovechamos las instancias institucionales para mejorar la carta magna, nos quedaremos con el Estatuto liberal de 1996 que tanto cuestionamos". Esta encrucijada es la que hace dudar a las fuerzas que plantean la interrupción de la sesión, ya que temen que su oposición obre a favor de los sectores más rígidos de la Universidad que no quieren que haya modificaciones en la estructura de poder. Por eso una fuente del rectorado advierte que "todos vamos a tener que resignar algo para avanzar en algún punto. Porque es irracional pensar en modificaciones de máxima y de mínima. Habrá que buscar el equilibrio entre un extremo y el otro para que todos los sectores de la Universidad terminen siendo los beneficiados". Uno de esos sectores es, sin duda, el de los trabajadores no docentes. Estos empleados están peleando por lograr un lugar en el cogobierno, ingresando a los consejos como claustro con voz y voto. Tal es la ansiedad y la preocupación de este grupo, que el gremio que nuclea a sus empleados, ATULP, se hizo presente la semana pasada en el congreso de la FULP para pedirles a los estudiantes que dejen sesionar a la asamblea del 4 de octubre, para que los trabajadores puedan, finalmente, acceder al poder. De cara a la reforma estatutaria que se desarrollará en la escuela Anexa, cada uno de los sectores analiza su influencia y las eventuales alianzas que podrán tejer con otros actores, ya que se discutirán 70 artículos de 144. El debate -si se lleva acabo con normalidad- será extenso y quizás no alcancen 24 horas para que culmine. Aunque antes de evaluar los tiempos que demandará la discusión, habrá que esperar que haya consenso, al menos para sesionar. El Dia Séptimo Dia