Los hechos de Rosario y del SUBTE nada tiene que ver con las peleas inter-burocráticas de San Vicente o recientemente en La Pampa, como dicen Clarín o La Nación. Fue un ataque de los grupos de choque de la burocracia de Atilra (CGT) y la UTA en colaboración con los empresarios de SanCor y Metrovias, como represalia a la resistencia de los trabajadores a aceptar condiciones de trabajo perjudiciales. El vandalismo de estas patotas "anti-sindicales" no puede ser interpretado sino como una provocación para dividir la lucha de los trabajadores, en medio de los ataques capitalistas con cesantías y suspensiones con rebaja salarial .
El gobierno concede a los empresarios el blanqueo a los que fugaron capitales, el perdón de las deudas de los evasores y empleadores en negro, y la "devaluación administrada" del peso con que pagan nuestros salarios. Pero ha comenzado una resistencia obrera, centrada en la estratégica industria automotriz, donde se empieza a jugar la verdadera pulseada contra el desempleo y en la que empiezan a unirse efectivos y contratados.
Una tendencia internacional
En los EE.UU. se acaba de anunciar oficialmente que "la recesión empezó hace un año" y la "noticia" volvió a derrumbar la bolsa de Wall Street y a impactar en todo el mundo. El FMI ha estimado que la pérdida de puestos de trabajo en el 2009 será de más de 20 millones. Sólo en Italia, los sindicatos proyectan 900 mil despidos en los dos próximos años. En noviembre, en el Estado Español 170 mil trabajadores se sumaron a las filas de los desocupados que ya alcanzan los 3 millones. En China, que venía siendo considerada no sólo a salvo de la crisis sino quien podía actuar de contratendencia a la recesión mundial, ya el gobierno admitió que miles de cierres de empresas, que están desencadenando violentas huelgas y se multiplican los enfrentamientos con la policía.
Estamos al inicio de una crisis de carácter histórico del capitalismo que al imponer padecimientos inusuales, empujará a millones a la lucha por su subsistencia en todo el mundo. Ya lo adelantan las huelgas generales en Italia y Grecia, así como las rebeliones estudiantiles en Italia, Alemania y el Estado Español donde también los trabajadores protagonizan luchas de fábrica. Estamos viendo, de un lado, las primeras acciones de masas y, del otro, también la violencia de los golpes de derecha como el asesinato a tres dirigentes sindicales de la Unión de Trabajadores de Venezuela en el Estado de Aragua
Ha comenzado una tendencia a la polarización social, a mayor enfrentamiento entre las clases, e incluso a nuevos choques y conflictos entre Estados, como muestra la crisis entre India y Pakistán, tras la conmoción de los atentados en Bombay
Equilibrio precario
El gobierno de los Kirchner, en su improvisación, ha optado por renovar concesiones al capital. En el plano de la política exterior, la cancillería argentina dejó trascender que era posible la ruptura de relaciones comerciales con Irán, que finalmente no concretó pero utilizó como un gesto hacia el nuevo gobierno norteamericano. Cuando se cumplen 7 años del corralito de Cavallo, quieren transformar en ley una de sus recetas: moratoria impositiva y el blanqueo para los que fugaron capitales lo cual ha generado oposición en amplias franjas sociales. Pero lo más importante es que, a pesar de semejantes concesiones a los capitalistas, el gobierno no logra restablecer la "confianza" rota luego de la liquidación del negocio privado de los fondos de pensión. Mientras se habla de "repatriación de capitales", Techint se niega a traer al país los 1.800 millones de dólares que Venezuela va a pagarle por la expropiación de Sidor. Y el gobierno debió tomar medidas de control sobre el principal grupo económico del "capitalismo nacional", después que trascendió que la siderúrgica de los Rocca compró 70 millones de dólares a través del Citibank y el Deustche Bank para empujar la devaluación del peso. Una concesión tras otra: el Banco Central dejó subir el dólar que –aunque no escale en lo inmediato a los 4 pesos que pide la UIA– los medios financieros ya anticipan que llegará al menos a 3,45 pesos en semanas.
Pero nada de esto alcanza, sin embargo, para un compromiso estable "que mantenga el empleo" como pregonan los Kirchner. El acuerdo de "paz social" que el ministro Tomada pactó con el sindicato petrolero y las empresas del sector, cerrando las paritarias, es decir congelando el salario por 6 meses, a cambio de evitar los despidos, es un "modelo" que no puede extenderse al conjunto de las ramas. "Hasta el verano, se pondrá todo el esfuerzo en no despedir empleados, y mantener los proyectos de inversión. Habrá suspensiones y disminución de horas extras. Después del verano, no se sabe. Nadie lo sabe. Si se agrava la crisis, las decisiones serán inevitables", se sincera para el diario La Nación uno de los representantes de los industriales que se reunió con la presidenta en Olivos.
Comenzó la resistencia, y vuelven las patotas "anti-sindicales"
Las huelgas contra los despidos en las automotrices marcan el comienzo de la resistencia en una de las ramas claves del aparato productivo nacional. Al calor de la crisis industrial, que también golpea de lleno en los frigoríficos donde se producen cierres y, en general, en el despido de miles de trabajadores eventuales en todas las ramas, los sindicatos de la CGT están atravesados por múltiples tensiones. Mientras la cúpula de petroleros firmó la "paz social", los bancarios anuncian paros escalonados por la reincorporación de despedidos y una compensación salarial. Los dirigentes de la UOM encabezados por Antonio Caló denuncian que son 10.000 los metalúrgicos afectados por despidos, suspensiones y recortes de horas extras (ALUAR la plata por ejemplo despedira a todos sus contratados este viernes), y le reclaman a Moyano una posición más firme ante el gobierno. Las conducciones del SMATA tratan de hacer equilibrio entre la presión de la base y la dureza de las patronales, dividiendo la negociación de los conflictos por fábrica, incluso ante un mismo Ministerio de Trabajo como en Córdoba. Mientras Hugo Moyano espera, como el gobierno, "pasar el verano", su seguidor en Atilra, Héctor Ponce encabezó el grupo de choque contra la seccional disidente del sindicato lácteo de Rosario, provocando un muerto y decenas de heridos, mientras en el subterraneo la patota de la UTA amedentra a los trabajadores del Subte.
Pero con esto una nueva generacion de la cual vimos el año anterior sus primeros esbozos en el sector empieza a manifestar su resistencia, una nueva generación compuesta por millones de jóvenes trabajadores que consiguieron su primer empleo en condiciones precarias heredadas de la década del '90, el sector más vulnerable de la clase obrera, los que más horas laborales cumplen y los que menos cobran, una fuerza de trabajo que durante los años de crecimiento entraban y salían de los diferentes establecimientos laborales según el antojo de las patronales y ahora, cuando comienza la crisis, el destino que le eligieron las patronales, con el permiso del gobierno y los burócratas sindicales, es la calle. Ninguna de las medidas del "plan anticrisis" los beneficia. La ley que permite la moratoria a las deudas impositivas de los empresarios que emplearon en negro, que acaba de obtener media sanción del Congreso, no sólo es un premio a los evasores de ayer sino que no frenará los despidos de contratados que ya se están produciendo bajo el amparo de las normas laborales impuestas por el menemismo y que este gobierno mantiene. Mientras esto sucede, Moyano y Yasky se reúnen para declarar que "Tenemos que buscar la forma de evitar que los especuladores de siempre aprovechen esta situación para despedir personal". Y el abogado de la CGT y diputado Héctor Recalde que semanas atrás fomentaba una ley para multar a los empresarios que despiden, ahora defiende el blanqueo de capitales y las concesiones a las patronales.
El gobierno en la cornisa
El objetivo central de las medidas "anticrisis" de Cristina Kirchner se reduce a otorgar incentivos a las patronales a cambio de un vago compromiso de no provocar despidos masivos. Sin embargo esto no ha logrado conformar del todo a los industriales, que las consideran "positivas" pero "insuficientes" y siguen reclamando un dólar a 4 pesos, mucho menos a las patronales del campo que han vuelto a movilizarse para reclamar el fin de las retenciones. Es decir que mientras el gobierno no logra recuperar la "confianza" de la clase dominante, enfrenta un 2009 donde la crisis capitalista internacional pondrá en juego el apoyo social que conserva en la clase trabajadora basado en la creación de 3 millones de puestos de trabajo. En tanto intenta conservar los aliados de su "flanco derecho" apoyándose en los "barones del conurbano", desde los viejos intendentes del aparato de Duhalde hasta los radicales K de Vicente López y San Isidro pasando por Aldo Rico en San Miguel, empezó a perder lo que quedaba de sus aliados "transversales" que desde la renuncia de Alberto Fernández vienen desertando de las filas oficialistas. Este fue recientemente el caso de la ruptura de Libres del Sur que ante el definitivo giro "pejotista" de los Kirchner se inclinan a una nueva alianza con la centroizquierda junto a Pino Solanas. Aunque la oposición no pueda presentarle una alternativa unificada en la provincia de Buenos Aires, donde se definirá en gran medida la suerte del kirchnerismo, no es de descartar que las elecciones legislativas del año entrante, que se realizarán en medio de una situación convulsiva, no terminen arrojando una derrota política, la pérdida de mayoría parlamentaria que lo dejaría cualitativamente debilitado para los dos años que le restan de mandato.
Preparación
Pero más importante aún, la crisis acelerará la experiencia política de millones de trabajadores con el dique de contención que significa el peronismo y planteará la posibilidad de dar pasos en la independencia política de los trabajadores. Las principales reservas con que cuenta la Argentina para enfrentar esta crisis capitalista internacional no son las del Banco central ni el superávit fiscal o comercial, sino las experiencias de luchas que se acumularon contra el "neoliberalismo" que puede permitir un punto de apoyo para hacer frente para que las patronales no descarguen su crisis sobre los trabajadores. Muchos de los de esa generación del 2001 son los que se niegan a volver a la condición de desempleados. Muchos de los que entonces cobraban un Plan Trabajar años más tarde resistirían despidos en Jabón Federal de La Matanza y hoy, como mostramos en estas páginas, se plantan en General Motors de Santa Fe o en Iveco en Córdoba, entre los metalúrgicos de Dana en Rosario que tomaron su fábrica ante los primeros despidos, o en la autopartista cordobesa Gestamp donde esta juventud trabajadora logró con su lucha hacer retroceder más de 200 despidos hasta fin de marzo. Son apenas las primeras expresiones de resistencia a los inicios de la crisis en el país que se extenderán y darán lugar a nuevos fenómenos de lucha y organización, así como el 2001 dio lugar al control obrero de Cerámica Zanon donde se mantiene viva una solución a los cierres de fábrica, o en el cuerpo de delegados de subte que hoy se enfrenta a los intentos de control burocrático de la dirección sindical de la UTA.
¿Cuánto podrá la universidad mantenerse por fuera de este contexto parece ser por estos momentos la pregunta del millón de dólares? Por lo pronto la experiencia histórica del sector da cuenta que esto no ha logrado ser por mucho tiempo. Si bien en la coyuntura la UNLP no deja de festejar un año donde (billetera por medio) el viejo orden ha vuelto a reinar, para el 2009 por lo pronto parece difícil que dichas tenciones no encuentre expresión en el seno de la Universidad.
Para momentos como esos es que debemos prepararnos, manteniendo y profundizando la conquista de lo que supo ser el funcionamiento del plenario de delegados del 2008, para que pueda estar a la altura de las circunstancias cuando los ajustes quieran ser volcados sobre nuestras espaldas. En este sentido invitamos al conjuntados de la comunidad universitaria a participar de la marcha a realizarce el 20/12 en plaza de mayo bajo las consignas "Para que la crisis la paguen los patrones, los banqueros y los terratenientes. Por la prohibición de despidos y suspensiones y Por el apoyo a todas las luchas"
El Frente 16/12 |