Editorial


Ni somos muñecos, ni trabajamos con juguetes!!!


Por lo general las políticas de seguridad e higiene en el trabajo no ganan espacio en los medios periodísticos y/o académicos, salvo cuando alguna tragedia de proporciones invade el espacio periodístico. Así lo fue en Río Turbio cuando murieron 14 mineros; o por la explosión de los laboratorios de la Universidad Nacional de Rio Cuarto donde murieron seis trabajadores universitarios, quedando otros tantos heridos a fines del año pasado.

Un reciente informe de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo da cuenta que en el año 2006 los accidentes de trabajo en nuestro país crecieron un 14% respecto del año anterior. La cifra en sí misma puede no decir mucho, a menos que se mire en forma comparativa la serie histórica y se compruebe que estos porcentajes de crecimiento anual terminan siendo "normales" en los ciclos expansivos de la economía argentina.

Según la OIT en el mundo ocurren unos 430 millones de accidentes laborales al año, de estos 270 millones corresponden a accidentes de trabajo propiamente dichos (AT) y 160 millones a enfermedades profesionales (EP). Como resultado de esto unas dos millones de personas mueren año a año en el mundo. Esta tendencia mundial tiene mayor incidencia en los llamados "países emergentes" como la mayoría de América Latina, el sudeste asiático, China, India, Europa del Este donde cerca del 60% de la fuerza de trabajo está precarizada. "

Los datos en nuestro país

Según el informe mencionado el total de casos notificados, accidentes más enfermedades profesionales, para el año 2006 alcanza a 635.874, habiendo aumentado en el periodo 2002/06 un 84% los mismos. Por otra parte el total de trabajador@s fallecid@s alcanza a 995 en el mismo período. Debe tenerse en cuenta que casos notificados son aquellos informados por las empresas a las ART, según las normativas vigentes, pero esto no incluye los accidentes de los trabajadores informales, no registrados o en negro, que son más del 40% de la fuerza de trabajo en el país, y que no pueden se notificados porque en los papeles no existen o de los formales que ante los tratos de las ART, prefieren utilizar días de vacaciones u otras licencias.

Prevención vs. ganancias

Pero las estadísticas hablan sólo de las consecuencias y no de las causas. Y éstas no son otras que la voracidad de las patronales privadas y estatales por la búsqueda de una mayor productividad, sea vía de una mayor intensidad del trabajo, traducido a un incremento de los ritmos de trabajo o con de la extensión de la misma. Estas dos variables conforman la ecuación cuyo resultado no es otro que el incremento de la productividad y su contrapartida, la mayor siniestralidad laboral, tanto por accidentes directos como por enfermedades profesionales.

Para los que trabajamos en el estado sea nacional o provincial no es muy distinto a los privados, aunque motivado mas que por los crecientes ritmos de trabajo por la falta de presupuesto y de personal, por no tener las herramientas adecuadas, edificios en malas condiciones, con espacios que no son aptos, etc.

Para el gobierno nacional, como para como la OIT, entre el 50 y el 80% de los AT y las EP se podrían evitar, si tanto los empresarios como las ART cumplieran con implementar y actualizar periódicamente políticas preventivas, exámenes periódicos sobre los riesgos potenciales a que se exponen los trabajadores, diseños ergonómicos para el desempeño de las tareas repetitivas, controles de contaminación química, entre otras medidas.

Sin embargo esto no sucede. Los empresarios y el estado no cumplen, o cumplen poco, con las normas de seguridad e higiene. Las aseguradoras como entida-des comerciales que son, privilegian su negocio y se preocupan limitadamente por incrementar sus servicios de prevención, asistencia y control. ¿El ministerio de trabajo? no sabe, no contesta. Por su parte los sindicatos por regla general (salvo honrosas excepciones) dejan pasar y no se preocupan sobre todo en aquellos casos donde las condiciones de trabajo se deberían anteponer a cualquier necesidad de las patronales.

En este sentido es mas que interesante observar como cuando el control de estas cuestiones recae íntegramente sobre los trabajadores, como lo demuestra la experien-cia de los ceramistas Neuquinos de Zanón bajo gestión obrera, los riesgos se atenúan en forma estrepitosa, al punto tal que de los 300 accidentes laborales y una muerte por año que se contaban cuando la fabrica estaba en manos de Luigi Zanón, se paso a 33 accidentes solamente al año y ningún muerto bajo la gestión de los trabajadores.

En este sentido es mas que interesante observar como cuando el control de estas cuestiones recae íntegramente sobre los trabajadores, como lo demuestra la experiencia de los ceramistas Neuquinos de Zanón, los riesgos tienden a atenuarse en forma estrepitosa, a punto tal que de los 300 accidentes laborales y una muerte al año que se producían en la fabrica cuando estaba en manos de Luigi Zanón, se bajo a un promedio de 33 accidentes laborales al año y ningún fallecimiento, en lo que va de los últimos 7 años de gestión obrera.

El Post Rio Cuarto en la Universidad

Desde principio del año y como consecuencia de las muertes sucedidas en la tragedia de Rio Cuarto, se firmaron diferentes acuerdos atinentes a prever dichos accidentes, en los primeros días de enero la CONADU, Ministerio de Trabajo y el CIN firmaron un acuerdo, el cual tendría su continuación en el mes de febrero con la conformación de una comisión encargada de dichos aspectos, integrada por las tres federaciones de docentes universitarios, la FATUN y el CIN, con la presencia del Arq. Andrés Fiandrino como asesor técnico del CIN en temas de Seguridad de Higiene.

El mismo Fiandrino, máxima autoridad de este tema en el sistema universitario y de la UNLP, aseveró en el 59 encuentro de rectores, que "Lo de Río Cuarto puso al desnudo una serie de falencias en el accionar universitario que bueno, lo que tratamos ahora con la propuesta que vamos a hacer que fundamentalmente, se trata de que las universidades empiecen con la gestión de la salud y seguridad" si bien podría decirse que fue acertado en el diagnostico, el cual compartimos, nos guardamos para disentimos en el debate cuanto se traten de las raíces del problema, ya que según Fiandrino "Este es absolutamente un problema cultural, es en lo que más tenemos que trabajar; en la concientización sobre todo de las autoridades, de jefes, toda aquella persona que tenga áreas, cargo y personal a cargo, es responsable del riesgo del trabajo"..

Uno podría acordar con Fiandrino si hablara de cuestionar la cultura de la que la mayoría de las autoridades y decanatos han hecho gala, a la hora de "no" garantizar las condiciones adecuadas de trabajo, la infraestructura, las herramientas y maquinarias necesarias para desarrollar las tareas. Un fugaz recorrido por los talleres y pañoles alcanzaría para comprobar los riesgos de los cuales son objetos decenas de nuestros compañeros.

Incluso en aquellos pocos lugares donde se han puesto en pie comisiones de higiene y seguridad, en la mayoría de los casos no dejan de ser mas que figuras formales, de escasa incidencia en la prevención de los riesgos laborales.

Los 376 accidentes laborales declarados desde el 1 de enero del 2007 a la fecha, en esta misma Universidad, de los cuales infinidades de compañeros fueron o son objeto demuestra con creces la insuficiencia de las medidas tomadas por parte de las autoridades de la Universidad.

ATULP, como representante de los trabajadores debe tomar mas activamente la resolución de estos problemas y supervisar dichos aspectos. Actualmente, y desde hace ya bastante tiempo están llamados a silencio sobre un tema del que depende en gran medida la preservación de la vida y la calidad de la misma.

Desde El Frente opinamos que todos los aspectos relacionados con la seguridad y las condiciones de trabajo deben estar en primer lugar de importancia para tratar su resolución, y deben ser estudiados y discutidos por el conjunto de los trabajadores organizados por agrupamiento. Hay que conformar una comisión centralizada de seguridad e higiene con las autoridades, el gremio y compañeros votados en asamblea para tal fin y que realmente funcione, que recorra las dependencias y que conozca las condiciones en que se trabaja, que actúe en común con comisiones que se organicen en cada Facultad, campo o dependencia, y desde donde se discutan las modificaciones necesarias a llevar adelante, las herramientas, los elementos de seguridad, etc siendo a su vez garante de que las autoridades cumplan con las mismas. En lo inmediato y como parte de los mismo que se incorpore a todo el personal faltante y que se pague el adicional por riesgo, contemplado en el art. 71 del nuevo CCT que otras Universidades ya están pagando y que a la fecha la UNLP no lo esta haciendo..

El Frente 28/10

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