SEGURIDAD INSEGURA


Desde hace unos días, junto al tema central de la crisis económica internacional y la decisión del gobierno de liquidar uno de los grandes negocios de la renta financiera como son las jubilaciones privadas, se ha instalado nuevamente la discusión acerca de la seguridad y los temores de los pobladores de muchos barrios de la Capital Federal y del gran Buenos Aires.
El detonante fue el asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea que inició una cacería de brujas contra los sectores mas pauperizados de la sociedad. Las marchas de San Isidro y La Plata reclamaron que se baje la edad de imputabilidad a los 14 años así como restricción en las excarcelaciones y mayor policía en las calles entre otras demandas. El foro para la observación y prevención de San Isidro, y sin ninguna prueba que lo certifique sostiene que el 70% de los delitos son cometidos por jóvenes que provienen de la Matanza... Los medios acompañan esta campaña revelando que, según datos oficiales de la provincia, los delitos cometidos por adolescentes crecieron un 80%.
Para quienes realmente quieren buscar una solución al real problema de inseguridad y no solamente “meter bala” no es sencillo hacer una lectura de la situación de estos menores en riesgo. Son chicos, hijos de hogares destrozados por la política neoliberal que llevó a la pérdida de miles de empleos por el vaciamientos de fábricas y empresas. Según datos publicados por el diario La Nación 650.000 jóvenes de entre 15 y 19 años se vieron obligados a abandonar los estudios, de los cuales 329.000 oscilan entre la desocupación y la marginalidad.
Son miles de chicos que se encuentran con la droga barata en cualquier esquina, cuyas escuelas fueron abandonadas por los gobiernos de turno con salarios docentes vergonzantes, con comedores que no funcionan en su totalidad porque el estado no paga a los proveedores, con hospitales públicos derruidos, con familias destrozadas por la miseria... Entonces estos chicos terminan viviendo en la calle, lejos de sus casas, solos o en grupos, con el único objetivo de olvidar la miseria que les toca a como de lugar.
Estos chicos, que son expulsados por una sociedad cada vez mas desigual y en quienes nadie repara, se tornan violentos contra aquellos que transitan las calles, que van a trabajar, a estudiar, no tienen otra salida y si su vida no vale nada porqué valdrá la de otro... Entonces sí pasan a ser tenidos en cuenta por la “sociedad media” que reacciona organizando marchas para pedir que haya mas seguridad por parte del Estado, mas policía en las calles, mas mano dura que haga efectiva la criminalización de los jóvenes pobres.
Desde el gobierno y la justicia provincial a través del Régimen Penal de Minoridad, sancionado por la dictadura militar, imponen el encierro en Institutos de menores (bajo un régimen brutal declarado inconstitucional por la Cámara Nacional de Casación Penal), donde se garantiza la celeridad del proceso de arresto del menor en apenas 12 horas. Por otro lado la bonaerense hostiga permanentemente a los jóvenes de los barrios mas humildes, sólo en el gobierno de los K la policía asesinó a 847 jóvenes por gatillo fácil y en las cárceles mantienen a mas de 80.000 detenidos hacinados, donde la mitad no tiene condena con un promedio de edad de 24 años.
Es un tema preocupante para todos, y terrible ya que nadie quiere ser una víctima de actos de violencia, pero la salida no puede ser pedir mas violencia al estado sino que los trabajadores levantemos desde nuestras organizaciones sindicales un programa para unir a los pobres de la ciudad y el campo, que comience por luchar por trabajo para todos a partir de planes de obras públicas para construir viviendas, escuelas, hospitales y que ocupe a todas las manos disponibles, sólo así la juventud empobrecida comenzará a ver una salida. Asimismo debemos oponernos a mayores ataques del Estado contra la juventud pobre, rechazando la baja de la edad de imputabilidad, y exigiendo la derogación de toda la legislación represiva.
La nutrida marcha realizada el día viernes por distintas organizaciones de trabajadores, organismos de DDHH, organizaciones estudiantiles y políticas en nuestra ciudad por la defensa y protección de los chicos de la calle y en contra del pedido de mano dura demuestra que es posible luchar por este programa. Desde nuestra agrupación participamos activamente en la misma y llamamos a los compañeros no docentes a tomar y discutir estos temas desde nuestra organización gremial. 

El Frente (4/11/08)

 
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