Jueves 4 de septiembre de 2008
Por Armando Mouzo
El gobierno anunció modificaciones en la “tablita de Machinea”, que grava al salario con el impuesto a las ganancias. El mínimo no imponible (el importe que no paga impuestos) se elevaría en un 20%. Esto desató el desagrado de Moyano, quien, si bien dijo que era un “avance”, esperaba que el mínimo se subiera un 25% y demandó la eliminación de este impuesto al salario. Desde ya que se cuidó muy bien de impulsar la más mínima medida de lucha para imponer este reclamo.
Con esto, el kirchnerismo mantiene la misma política regresiva de aplicar el impuesto a las ganancias al salario, cuando éste último se considera que es una “retribución por el trabajo” y no una ganancia.
Con gran cinismo la presidenta afirmó que “Ayer hablábamos con el Secretario de la CGT, Hugo Moyano, que me decía que jamás se les hubiese ocurrido estar discutiendo por la famosa ‘tablita de Machinea’ porque nunca hubieran pensado que el salario de un trabajador podía estar incluído en esa discusión. En el 2003 ni sabíamos qué era” (Página 12, 30/08/08). Con esta afirmación, niega -por un lado- que es ilegítimo gravar al salario con el impuesto a las ganancias. Pero por el otro lado nos quiere hacer pasar gato por liebre, ya que afirma que durante el kirchnerismo los salarios aumentaron tanto que ahora un sector se ve alcanzado por este impuesto. Esto es una mentira lisa y llana. Basta sólo hacer una cuenta: en el año 2000, el mínimo no imponible para un trabajador soltero era de $ 2.769, que como estaba la convertibilidad era equivalente a la misma cifra en dólares, por lo tanto si tomamos este monto a valor dólar actualmente: U$S 2.769 por $ 3, ese mínimo no imponible debería ser de $ 8.307, y ahora está en $ 4.000. Lo mismo ocurre si actualizamos el mínimo no imponible sobre la base del porcentaje de aumento de los salarios más altos (por ejemplo petroleros o el SMATA), o si lo actualizamos según la inflación real. Lo que queda en limpio es que ahora se le aplica el impuesto a una mayor cantidad de trabajadores.
Por último, hay que afirmar que Cristina Kirchner mantiene la regresividad de la “tablita”. Si un trabajador pasa a cobrar un sueldo mayor, pagará más impuesto y se puede dar el caso de que termine ganando menos que el que tiene un sueldo inferior.
LVO
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